Parto contando que me inspira a escribir un miércoles por la madrugada dos herpes que brotaron superficialmente en mis labios con 2 razones de ser, según la biología e intuición propia de cada individuo:
1.- Virus que poseo hace rato que florece con la ayuda de una exposición constante a los rayos del sol
2.- Vulnerabilidad emotiva como inmunológica, propio de angustias varias.
Sin duda que relataré el segundo tópico, porque es más fácil e interesante ahondar en él.
Actualmente atravieso el cierre de un año complejo a nivel macro como micro. Vine a iniciar una vida a Santiago desapegándome de las comodidades sureñas, la fraternidad con los amigos de allá y el amor físico familiar como de pareja por autorealización personal, búsqueda de oportunidades, en resumen, SER alguien sin privaciones y con un abanico de posibilidades, todo lo que es la capital. El camino ha sido duro, con fracasos académicos incluidos, pero muy enriquecedor intelectual como espiritualmente. He aprendido a convivir en soledad, abrazarme de cosas abstractas y ser riguroso en mi vida. Saco como conclusión que no debo sobrevivir, sino VIVIR, a pesar de que todo cierre de ciclo implica bajas defensas... una guardia baja.